Ya que lo exigen tanto...

En vista de que no han sido pocos los que claman por la crónica de lo sucedido el domingo pasado, es decir, la reunión de la banda, acaso la más concurrida en meses (quizá no veía a tantos reunidos desde que el año pasado celebramos mis 30, ahí en Coyo), donde además de echarnos unas chelas, ver cómo le metían la verga gringa al fruncido culo de la selección mexicana de futbol, tuvo lugar un nuevo torneo de Magic.
Comencemos con la lista de participantes y las linduras que utilizamos para partirle la madre al prójimo con la mejor intención del mundo.
Bueno, primero, hay que señalar que Chos no pudo quedarse a este torneo, por cuestiones de latigazo, ya saben, la vida cambia cuando hay una señora de planta (Ah, qué miedo, en dos meses estaré en igual situación) y tampoco pudo finiquitar su asunto con Arturo en las cuestiones del torneo que quedó inconcluso en mi casa, hace algunas semanas. (¿Será acaso una señal?)
Bueno, ahí van los que sí se quedaron:
En primer lugar, hablaré de Don Rulo, que apareció luego de haber andando de pata de perro por el sur del país: llevaba un deck negro-rojo en la más tradicional funcionalidad del deck: criaturas que dan miedo (vampiros, sombras, monstruos desconocidos por nuevos) junto con daño y hechizos de destrucción.
Sigamos con la grata participación de Don Marquiños, recientemente titulado de maestría: Le apostó todo a la fuerza aplastante del verde puro, aunque con ciertas mañas, puesto que llevaba una buena cantidad de esas criaturotas artefacto que tienen afinidad por bosques y entonces bajan en chinga para que al oponente comience a atorársele algo en el cogote, y no es precisamente saliva.
Luego, celebremos la adición a la banda magiquera del buen Pacosaurio: se fue a gastar la mitad de su quincena en Magic y llegó con tres decks de nueva expansión, a los que nadie les entendía a la primera lo que hacían, puesto que contaban con unas habilidades del todo desconocida para los jugadores retro como nosotros. Él participó con un deck negro-azul.
El Gus, imponiéndose a sus hormonas y luego de una pequeña confusión tópológica, llegó a casa de Arturo para mostrarnos un deck negro-azul cuya intención era bajar en chinga criaturas chingadoras y avasallar al deck, lento y más lento por ciertos trucos con que contaba, del enemigo.
Ay, el Indy, que aún no sabemos la razón exacta de que no lleve sus propios decks, se animó a probar uno de los que llevaba Pacosaurio, y si no recuerdo mal, era blanco-rojo, pero no me fijé bien a bien cuál era el chiste.
El buen Chimal participó con un deck negro rojo cuya intención era obvia: no tendrás tierras para chingarme, y si sí, te chingarán a ti. Ya saben: Blight, Cursed Land, Stone Rain para aventar y regalar.
Arturo repetió con su deck rojo-blanco. Ya lo conocemos, ya nos chingó a todos, no hay más que decir.
Por mi parte, volví a usar el negro puro de ogro-demonio, aderezado con algunas cositas nuevas, sobre todo la aparición de Druga, the Soul's Slayer... ahhh
Y, finalmente, el causante de todo esto: Don Huico, de Huicotlán, aunque ahora en proceso de nacionalizarse hidrocálido. ¿Con qué participó? Pues con qué más: azul-rojo, el deck de Huico's Dream, lleno de counters, control magics, clones y Icy Manipulator.

Debido a que el número de participantes era non además de cuantioso, decidimos implementar el siguiente método para las eliminatorias:
Mediante sorteo, se conformarían cuatro parejas, que se enfrentarían a dos de tres partidos, con eliminación directa. Es decir, a diferencia de los otros torneos que hemos hecho, en donde las clasificaciones correspondían al puntaje de la tabla general, aquí sólo había de ganar y seguir, o perder y pelársela. El noveno contaría con la suerte de ser comodín, y uno de los ganadores de la primera ronda tendría que enfrentarlo para decidir al cuarto semifinalista.
Entonces, conforme al plan, los primeros enfrentamientos fueron:
Chimal-Marcos
Arturo-Gus
Indy-Huico
Rulo-Su servilleta, o sea, Humberto
y el comodín: Pacosaurio.
Los resultados fueron los siguientes:
Marcos clasificó imponiéndose a Chimal 2-1, debido a que el deck experimental de este último le falló a la mera hora. ¿O es que Marcos tenía un chingo de tierras?
Arturo, por su parte, o más bien, gracias al Karma que se carga Gus, arrasó su eliminatoria imponiéndose 2-0. Sí, es horrible que te pongan el Karma cuando cuentas con pantanos.
Huico le ganó al Indy 2-0. Cito al señor Huicochea: Ni me vio el polvo. ¿Se necesitan más palabras? Seguramente más de una vez pudo decir, lleno de felicidad: ¡Counter! y rayito por intentarlo.
En cuanto a mi match, pues Rulo terminó por doblar las manitas luego de resistir heroícamente. Los dos primeros partidos fueron parejos: le di en su madre en el primero, se desquitó en el segundo. Para el tercero, un movimiento magistral de mi parte al emplear el Mind Twist, dejó a Rulo más o menos a la merced de mis demonios. Se pobló de criaturas su territorio que defendían bastante bien a las mías, pero entonces pude bajar a Druga, The Soul's Slayer y entonces Rulo, tras imprecar, decir que era una mamada, y no sé cuántas cosas más, tuvo que chutarse los 6 que hace mi vampiro demonio, para después morir chupado por un Drain Life.
En el partido de Repechaje Pacosaurio y Huico se dieron con todo durante tres partidos que, sin exagerar, duraron una eternidad. Yo ya estaba clasificado para la final y ellos aún no terminaban. Así estuvo el pedo.
Bueno, las semifinales quedaron así:
Marcos-Yo
Arturo-Contra quien ganara de Huico-Pacosaurio (Finalmente sería Huico)
Resultados:
Marquiños sucumbió en el primer encuentro gracias a que me apareció prontamente el Deathgrip, entonces le daba frío hacer cualquier cosa, así que me agandallé con mis demonios.
El segundo, se lo cobró de igual manera al hacerme papilla con sus criaturotas artefacto y una que otra hada emputecida con Giant Growth.
Para el tercero, las cosas volvieron a su cauce y la agresividad de unos demonios emputados, que son adorados por ogros rete feos, dieron cuenta de las fuerzas de la naturaleza. ¿Ven por qué no hay que ser ecologistas?
Y bueno, la semifinal de Arturo-Huico, que hubiera podido ser interesante, se convirtió en una decepcionante concesión por parte del señor que tenía que volver cuanto antes a su ciudad, para evitar dormir en la tina o algo peor. Así que, una vez más, habría que sufrir en la final contra el deck blanco y sus protecciones.

Para la final, ya sin muchos espectadores (sólo Chimal y Rulo), pues no hubo mucho que contar. Mi deck se desempeñó bien los tres partidos, ganando el segundo de ellos, pero en el primero, a pesar de que salieron un chingo de demonios y ogros, Arturo tenía sus protecciones contra negro, o sea, vale verga.
En el segundo, entre el Gloom y los Stench of Evil, pude darle para sus tunas de una manera más o menos decente.
Pero el tercero, cuando todo parecía inclinarse a mi favor puesto que nuevamente el Gloom había bajado rápido, dio la voltereta cuando Arturo pudo destruirlo y luego hacerse de tierras gracias a su artefacto justiciero. Y, para acabarla de chingar, pues le salió el Karma y eso, contra un deck negro puro, es simplemente letal.
Sí, volvió a ganarme, ninguna sorpresa, ninguna emoción.

Así fue como se desarrolló este nuevo torneo de Magic. Agradecemos la asistencia de todos, aunque algunos hayan tenido que someterse al chicote.
Y dice Gus que el siguiente es en su casa, y que podría haber además, parrillada. Espero que se haga durante julio, porque si todo marcha como quiero, para agosto ya tendrán que escribirme mail todos los días para no extrañarlos. Quizá en algún momento ahonde en este tema en el blog.

Por último: Almeja, no sabes cuánta falta hiciste. De haber estado tú, la banda completa habríase reunido. Pero bueno, el tiempo lo destruye todo, dicen por ahí.

Hasta la próxima...