miércoles, 20 de agosto de 2008

Y sucedió aquí en Quetérato...

Podría pensarse que las ventajas de vivir en una ciudad donde pasa tan poco que podría decirse nada no son muchas. Sin embargo, debido a esta situación últimamente he retomado una actividad que otrora me producía profundo placer: ir a presenciar la lucha libre en vivo.
Hasta ahora he visto tres luchas memorables: Hijo del Santo, Dr. Wagner Jr. y Gronda vs Blue Demon Jr., Pierko (antes Hijo de Pierroth) y Cien Caras Jr., Dr. Wagner Jr. y Blue Panther vs Heavy Metal y Villano V, y, la más reciente, apenas anoche, causa de este post-crónica, Dr. Wagner Jr. y Texano Jr. vs Místico y El Terrible.
Si se dan cuenta, existe un denominador común en esos tres encuentros: Wagner. No es desconocido que este heredero, de ser un gordo descomunal y muy rudo, se convirtió en más que un ídolo. Su cuerpo se volvió músculo y de pronto le apareció un carisma que antes parecía no tener. Ahora, se le rinde culto, sospecho, en cada arena del país y su aparición es garantía de una lucha sabrosa, divertida y, claro, emocionante. Ayer no fue la excepción, sobre todo por que se enfrentaba a otra luminaria de la lucha de este ominoso país: Místico.
Su rivalidad, obvio, no es por cualquiera de los desencuentros que hayan tenido en el ring, sino porque, me parece, se pelean el título de EL LUCHADOR mexicano (no entraré en detalles de técnica o superioridad, sino de popularidad).
Cuando vino la primera vez, al menos la primera vez durante mi estancia aquí, compartía cartel con otra leyenda: Santo. Y sí, la arena nos dividimos, o más bien, repartimos ovaciones y gritos: a veces era "¡Santo, Santo!" el grito que retumbaba en los muros, otras: ¡Wagner, Wagner!, en conjunción con el "Demon no le saques" y "Pinche boricua puto"... ¿de verdad había un hijo de Cien Caras o un Gronda en esa lucha? No sé.
Lo mismo, más o menos, pasó cuando Wagner se enfrentó a Heavy Metal y El Villano V acompañado de Panther... sólo existió este hombre que exige respeto cuando se encuentra en su casa y rodeado por su gente...
Pero ayer... ayer viví algo que no había tenido la oportunidad de concretar en el DF, por eso de que se manchan con los precios cuando suceden enfrentamientos así, y fue el enfrentamiento de dos ídolos y la pasión populachera hirviendo a toda potencia...
La arena de aquí es simplemente ridícula: más o menos diez veces más chica que la México. Y aun así, a veces no se llena. Poco importa. Ayer estaba casi hasta el queque y sí, los gritos ensordecían: a veces parecía que la lucha más encarnizada no se desarrollaba en el ring, sino entre los asistentes, entre aquellos, generalmente niños y mujeres, que vitoreaban a Místico y los que vanagloriábamos a Wagner... Anoche, los Perros del Mal simplemente eran un par de tipos que hacían bulto en el cuadrilátero y que, el único momento en que lucieron, fue cuando terminó la lucha y entonces, con actitud de manito, manito, se surtieron primero a Wagner y luego a Místico, para después dejarles a ellos el espectáculo final.
La lucha se definió en favor de Místico debido a que el carácter de Wagner lo obligó a darle contundente patada entre sus piernitas al flacucho, para después noquear de un derechazo al réferi y seguir tundiéndole al plata-oro... lástima que los Perros del Mal lo interrumpieron al darle tremenda patiza...
También le tocó lo suyo al Místico por parte del Terrible y El Texano, pero luego vino lo chido: Wagner pateándolo, arrancándole la máscara, diciéndole "Si recién viniste de China, viniste pero a chingar a tu madre, Místico"... y el putis plateado nomás carcajéandose de Wagner, de la gente que no lo queríamos, del supuesto respeto que el mastodonte goza...
Y sí, creo que anoche fue un buen espectáculo, una lucha si no memorable al menos digna y, si, Wagner es la onda...

2 comentarios:

Lord Markus dijo...

oooooh, después de leer su excelente comentario comiquero/literario, me encuentro con la agradable sorpresa de este refrescante escrito luchístico. Gracias por compartirlo,Azgarton.

Praetor Kameha dijo...

Pues me entretuve con lo de Wanted pero hoy le pongo una lineas a esto.

En la tele nipona, solo pasan el box (si es que el retador es japonés o la defensa del cinturón es un japonés) y el K1 o el Gran Prix del K1.

Las luchas son para darse en el gimnacio de la ciudad. Yo en verdad no soy ajeno a Pancrasio. Y no he podido ver las luchas en México por dos razones, decidia y el error comercialistico de la AAA, el cual me alejó de la lucha libre como "LA LUCHA LIBRE" y no una mamada de popularidad. Digo, yo veía y gozaba de ver duelos de máscaras a raz de lona. Sólo hay una palabra cuando dos luchadores se castigan a un límite que duda de su humanidad:
EXCELSO

Aqui en este pueblo fue morbo y curiosidad mezcladas y fui a las luchas. Una vez, pero que creo repetir, pues aparte de que no se quien es quien se tiene lo mismo que en todos lados. Una parte es espectáculo para el fan joven o niño. Y otra para quien tiene el ojo calado y conocimiento firme.

Ahora que lo veo y se puede sentir una parte de la emoción gracias a las palabras de Azgarton, espero volver a ver la verdadera lucha por la arena en vez de la tele.