viernes, 7 de marzo de 2008

Y que me atrevo

Live for nothing... Die for something es la súperarchirretequerrecontracabrona frase que se utiliza en John Rambo, mejor conocida como Rambo IV, como eslogan de la peli y principal eje filosófico de la trama. Sí, como ya deben haber intuido, fui a verla. Y sí, no me da vergüenza decir lo siguiente: me gustó.
La historia es, quizá, la peor de las cuatro. En esta ocasión no se termina de entender el motivo por el cual Rambo se anima a hacer mierda a gente de ojos rasgados nuevamente. Lo que casi es bueno es que se vislumbra cierta toma de conciencia por parte de nuestro héroe de que él no es una víctima ni de la guerra ni del sistema, sino un asesino nato y que cada muerte en su conciencia es más bien un grato recuerdo. Quizá si se hubiera explotado esa idea, arriesgada al provenir de un gringo globalizado y comercializante, podría haber sido un cierre digno para la saga de este personaje, pero desde hace mucho tiempo, quizá desde Rocky o First Blood, Stallone no da indicios de querer decir algo, olvídense profundo, importante.
Sin embargo, la película es harto divertida en el sentido gráfico. Jamás había visto que los cuerpos estallaran de esa manera ni disfrutado tanto el sonido de la detonación interminable de armas automáticas. Aunque no resultó tan divertido que ahora Rambo se partiera el hocico para defender a un grupo de evangelistas pendejos.
Lo que me parece interesante de la película no es tanto lo que sucede en ella, sino lo que refleja. No sólo es la decadencia del propio Stallone, quien a pesar de haber incursionado en casi todos los géneros, siempre será Rambo o Rocky, y no sólo eso, sino que encarnó el true american spirit.
A partir de esto, me gusta creer que lo que ha venido haciendo Stallone desde hace tiempo, cuando decidió atreverse a realizar las películas finales de sus personajes más famosos y representativos, no es sólo asumir su propia decadencia sino de lo que siempre ha simbolizado: el american dream. Y claro que esa mamada está en decadencia, si no es que agoniza. Por supuesto que no creo que Sly tome conciencia de ello, pero me parece que así es. Tanto Rocky Balboa como John Rambo (sí, así se llaman Rocky VI y Rambo IV, respectivamente) proponen una decadencia digna, tranquila, un regreso a los orígenes. Dejar atrás esta idea de que con desear es suficiente para lograr y que, a final de cuentas, todo héroe termina por chingar a su madre. O lo que es igual: un día EUA terminará por chingar a su madre. Por desgracia, a diferencia de Rocky o Rambo, no lo lo hará de manera tranquila, harto de partirle su madre a los demás, ya sea a puñetazos, ya a granadazos, flechazos, balazos, bombazos y demás, sino como persona ardida: si yo chingo a mi madre, todos lo harán...

5 comentarios:

Marquitos dijo...

Nooooooooo ¡¡Hemos perdido a Azgarton!! =) =)
No es cierto, es broma. Es interesante lo que comentas sobre la decadencia, pues no lo había visto así. Supongo que tendría que ver la película para entender más lo que comkentas pero no creo poder ir a verla. De hecho nunca he visto ode Rambo, sólo la primera pero incompleta. En dado caso me hubiera gustado más ver la de Rocky, pues del Rocky sí he visto películas, pero tampoco tuve tiempo de verla. Ni modo. ¿Alguein más ´fue a verla?

Qualia dijo...

Chida entrada; tan chida que no se me ocurre algo que decir :(

Marquitos dijo...

Es que ya todo lo dijo Azgarton.

Praetor Kameha dijo...

Es este pueblo va a tardar en llegar, pero cuenten con que estaré en primera fila. Yo dije que si hace "Rocky 14: Revuelta en el asilo" o "Rambo 10: La caida de Chavez" voy a ser feliz y las veré riendo, ya que en última instancia es lo mismo pero diferente.

Ahora espero que cuando la vea concuerde con el Azgarton

El Malvado Topo dijo...

Yo le apuesto a que esas fueron sus versiones finales.
Mejor voy planeando un crossover (ahora que están tan de moda por aquí) con John McLlain y Casey Ryback (Duro de matar y Alerta Maxima) o mejor dicho, Bruce Willis y Steven Seagal. Juntos se verían más cabrones que Will Smith y McGiver juntos. Salvarían No sólo gringolandia, sino toda la Unión Europea (hasta la parte mala de Irlanda, inclusive). Se verían hasta más cabrones que Tom Cruise (Misión Imposible) y James Bond (cual sea el que está en turno) juntos.
Próximamente. Sólo en cines.