Gotcha y caminata.

Pues si, mis estimados, el pasado sábado fui con unos compas de la chamba a un gotcha de los del ajusco.
Debo decir que fue una experiencia poca madre. Recuerdo que una vez conectamos las maquinas del laboratorio de transporte para jugar una madre (me disculpan por no recordar el nombre) tipo "Doom", donde nos partiamos la madre todos, con fuscas y acá, virtualmente.
Pero hacerlo en persona y a todo color, resultó más cabrón de lo que esperaba. A los diez segundos de estar en el campo, escuchando los balazos, y tirando algunos más, parapetado detrás de una lámina, ya estaba yo echando espuma por la boca, del madrazo de la adrenalina corriendo por mi cuerpo. Y le tiemblan las piernitas a uno. Y te das cuenta de lo cabrón que puede ser armar una "estrategia" para un simple juego de matar monitos. Te diviertes más de lo esperado.
Así que una vez evaluada la experiencia, debo decir que es algo que espero repetir con ustedes. Un día (supongo que no muy cercano), muy utópico, en el que contemplo que esté toda la banda (implica regreso de Chucho, y que de casualidad caigan por esta ciudad Betito y el Huico) me gustaría que fueramos a partirnos la madre. Lo agregaré a la lista de pendientes del calendario de la banda.
El evento incluyó chelas mañaneras, quecas, gotcha, chelas y comida de la tarde y dos tres detalles más. Entre 13 cabrones (5 viejas y 7 güeyes) nos la pasamos muy chingón.
250 varos el alquiler de la fusca, careta, chaleco y paquete de 500 balas, que nos duraron como 3 horas y media de juegos.
Piénsenlo. Medítenlo. Háganle un huequito para este año.

Por lo pronto, abro la consulta para ver si están dispuestos a realizar la tradicional pero interrumpida caminata al cerro. La fecha tentativa sería el 8 de junio. Si no se apuntan al menos tres, pues mejor doy por hecho salir a pasear ese día con mi madre (no es queja ni presión, simple reflexión).

See ya.