jueves, 15 de abril de 2010

Slushy










No sé si he estado despierto o dormido desde hace varias horas; lo que sé es que aunque a mi cripta sólo llega un mortecino rumor luminoso, las llamaradas solares hacen de las suyas en esa playa que es el mundo. Mi estadía hace años en el Brasero de Ocho Triagramas me impide sentir el calor y no obstante sé que al abrir la puerta me saludaría un día de primavera digno de aquellos recuerdos de la infancia, en que todo es eterno y simultáneo, la alegría y el dolor, y sin embargo permanecemos como cristal incólume.
Reconozco los nudos en el estómago y garganta, así como la cobija del estupor, que de manera sutil impide cualquier cambio en la celda de la mente; sí, la melancolía, esa vieja compañera se encuentra conmigo, deleitándome y haciendo burla de mi incapacidad del llanto en su presencia.
Sé que sólo basta un acto de voluntad para romper la ilusión, pero no es fácil romper algo tan grandioso, apacible y sereno; cómo poder desdeñar ese peso en el corazón que me ha acompañado en mis momentos de felicidad, que ha tornado épicos mis recuerdos y que me ha hecho ser lo que soy. Si no fuera mortal podría permanecer así toda la eternidad, quizá mi elección sería un estanque con algas y todo tipo de batracios y pececillos en lugar de un colchón.
Al final, algo interrumpe la justa y por ello lo pierdo todo, pierdo la horrible razón para vivir, muerto viviente.



No sé si he estado despierto o dormido desde hace varias horas; lo que sé es que aunque a mi cripta sólo llega un mortecino rumor luminoso, las llamaradas solares hacen de las suyas en esa playa que es el mundo. Mi estadía hace años en el Brasero de Ocho Triagramas me impide sentir el calor y no obstante sé que al abrir la puerta me saludaría un día de primavera digno de aquellos recuerdos de la infancia, en que todo es eterno y simultáneo, la alegría y el dolor, y sin embargo permanecemos como cristal incólume.
Reconozco los nudos en el estómago y garganta, así como la cobija del estupor, que de manera sutil impide cualquier cambio en la celda de la mente; sí, la melancolía, esa vieja compañera se encuentra conmigo, deleitándome y haciendo burla de mi incapacidad del llanto en su presencia.
Hoy sin embargo, soy eterno, hoy soy el fluído que mantiene a la melancolía en su lugar, la justa ya no tiene lugar, someto la melancolía a mi arbitrio, a que me acompañe lo más posible; sé que sólo existe porque quiero que exista al tiempo que yo soy por su capricho. Es por ello que la alimento con carbones ardientes, alternándolos con agua de un pozo profundo para que chisporrotée, albergando la esperanza de que haga trizas mi alma.


2 comentarios:

Qualia dijo...

A pesar de mi torpeza, no podía dejar pasar la oportunidad de escribir unas líneas inspirado en el post de Azgarton.
La canción la escuché hace unas semanas y me he estado cuestionando acerca de su letra para encontrarme ayer con la grata sorpresa de la entrada de Azgarton.

P.D.
Agregué todavía un comentario en la entrada de lo que es real y lo que no, por si a alguno todavía le divierte el tema.

Praetor Kameha dijo...

La entrade de lo que es real y no, también comentada.
Digiriendo esta.