miércoles, 1 de noviembre de 2006

Oh, divina juventud... qué bueno que te fuiste a la mierda para no volver

Hoy fui a empedarme con varios chicos que nunca antes había visto en mi vida... ¿La razón? Simple: me gusta irme a embriagar y además, mi compañero Leal, de la Fundación, se ganó un premio, bien merecido y necesario, y había que celebrarlo.
Cierto poeta, alguna vez cantó: Oh, Juventud, Divino tesoro... y sé que algunos añoran esos años en que uno no se debía preocupar por ver si se la metía a cierta perra o no, sino simplemente por pasar el examen de matemáticas, conseguir que la Jefa le diera a uno permiso para ir a la fiesta o si Kevin Arnold podría solucionar su último altercado con la deliciosa, pecaminosa, y deseable Winnie Cooper...
Debo confesar que yo pasé por esa misma etapa... pero afortunadamente, ya no más... Hoy me he emborrachado con gente que, en promedio, es diez años menor que yo... La única cosa que puedo decir es: ¡Qué puta infinita flojera!... y... ¡Qué bueno que ya crecí!...
A mí me parece trágico que los chavos de hoy -y me refiero a chavos como a aquellos individuos cuyas edades oscilan entre los 18 y los 25- sean tan de flojera. Que sean capaces de aventarte un súper choro sobre Aristóteles o por qué Roberto Bolaño -tres veces infame o más bien qué bueno que se murió el hijo de su borracha madre- es fundamental para la literatura contemporánea, pero cuando les preguntas por qué eligen a tal o cual persona para irse a la cama con ella, te respondan con evasivas, discursos preconcebidos o respuestas futiles... Pura mierda en realidad... Pero al menos, yo estoy ebrio y eso es lo que cuenta...
Otro día, con mayor lucidez, retomaré el tema... Por lo pronto, que siga la peda... hip, hip, ¡Salud!

1 comentario:

Marquitos dijo...

Je je je. Bueno mi estimado Azgarton, que bueno que ya ande por aquí de nuevo y gracias por su efusivo mensaje. Aunque cuando le comenté que esperaba que añadiera su magia, me refería a si que podía reproducir el post que originalmente había colocado. Pero bueno, en fin, lo importante es que ya regresó y el castillo va tomando forma otra vez. Gracias nuevamente por escribir y llegar a este lugar de reunión. ¡Bienvenido!